Pero todo es del color del cristal con que se mira, así que vete al mar, pasea, nada, bucea. Que las lagrimas se pierdan en su inmensidad y cuando vuelvas a la orilla verás que el color está ahí, esperándote.
Las flores que presento hoy tienen la característica de que ninguna abulta más que la yema del dedo meñique. Son flores silvestres de la montaña vasca, que con objetivo macro, trípode y mucha paciencia intento sacar en todo su esplendor. Gracias por tu visita y espero que te hayan gustado.